jueves, 31 de mayo de 2012

Los anfitriones




Lunes 1 de octubre del 2009 - Salta, Argentina


Llegamos a Salta a un hotel, (pequeño de dos pisos y un poco antiguo) ubicado a las afueras de la ciudad. Estoy muy cansado, todavía no nos dan el cuarto y ya es más de las 12 de la noche, dicen que están limpiando porque los huéspedes anteriores dejaron los cuartos con muchas de sus cosas. Las personas parecen amables y curiosas por conocernos. Una niña de unos 12 años parece estar muy interesada por Ecuador y me pregunta sobre la comida, los animales (sobre todo de los monos) y el clima.

Creo que a quienes más incomodan los salteños por su forma de ser son a los gringos. Los latinos de alguna manera estamos acostumbrado al roce, es parte de nuestra cultura, aunque aquí parecen exagerar.

Martes 2 de octubre del 2009 - Salta, Argentina

Me desperté porque tocaron la puerta muy fuerte a las 8 de la mañana. Eran algunos de nuestros anfitriones que nos llamaban para ir a comer, según ellos el desayuno acaba a las 9.

Hoy conocimos la parte verde, es muy hermoso ver todas esas montañas, ríos,  arboles… nuestros anfitriones nos acompañaron en todo el recorrido, en especial esa niña me seguía a todos lados y parecía ser muy atenta y tierna, especialmente conmigo.

Me acabo de percatar que todos son niños y jóvenes. El mayor de ellos tiene 15 años.

Ya son las 11 de la noche pero no estoy cansado, así que me pondré a leer algunos cuentos.

Se supone que ya debo acostarme, son las 2 de la mañana. Me dijeron que al otro día íbamos al pueblo a comprar algunas cosas bien temprano, pero como escuche movimiento en el pasillo salí a ver, pero ya no había nadie, parecía como que corrían y se escondían. Son unos niños.

Miércoles 3 de octubre del 2009 - Salta, Argentina

Pase casi toda la madrugada despierto, la luz del corredor estaba prendida y se podía observar sombras por debajo de la puerta. A veces una sombra solo se detenía, muy quieta frente a la puerta.

Son las 5 de la tarde. Vine a tomar un baño. Hoy ha sido un día muy agitado, se nos ha perdido una amiga colombiana y hemos pasado buscándola todo el día. Como la mayoría somos extranjeros todavía no tenemos celular. Más tarde vamos a ir a la policía.

Todos nos separamos para buscar. Por ser la chica mayor de edad y tener el DNI de argentina también, los policías no pueden hacer nada. - Ella es una adulta que bien pudo haber querido estar sola por un momento (…) este es un pueblo tranquilo no se preocupen.-nos dijo el oficial- Decidimos buscar por nuestra cuenta y nos separamos en grupos de 3, por cada extranjero habían dos salteños (a mí me acompañaba la tierna niña y un chiquitín de unos 8 años) para que no nos perdamos.

Ya son las 3 de la mañana. La búsqueda no tuvo éxito y ahora estamos todos separados, algunos, según nuestros anfitriones, siguen buscando. Mi compañero Camilo tampoco está y estoy solo en mi cuarto. Todavía veo sombras por debajo de la puerta así que voy a salir y bajar las escaleras…

Jueves 4 de octubre del 2009 - Salta, Argentina

Es un lindo diario, muy lindo. El me permitió escribir aquí. El está bien y decidió quedarse en salta con todos sus amigos, siguieron el ejemplo de la chica que decían que estaba desaparecida (nosotros les explicamos que no, que es normal que las personas que vienen a salta, por el paisaje y por nuestra hospitalidad, quieran quedarse).

Yo también quiero ir a Ecuador él lo sabe, se lo conté el primer día que lo conocí (creo que no lo tomo enserio, me imagino que pensó que yo era solo una niña).  Espero que me reciban tan bien como nosotros los hemos recibido a ellos.

Nos dijeron que botemos todo, que ellos no necesitarían nada, porque se mudarían con nosotros, pero esta diario me gusta mucho. Este es un diario muy bonito al igual que todos ellos.

Esto es solo un diario que mal puede hacer y estas son solo palabras. Nadie puede contar toda la historia así. Pero ya entiendo porque a él le gustaba escribir tanto aquí, puedo ser otra, puedo ser como ellos me ven, como él me veía aquí, en su diario,  es tan liberador…

Pero es muy posible que él ya no vuelva a escribir. Está tan interesado en otras cosas.

jueves, 10 de mayo de 2012

Una vida cualquiera

Se casó el 10 de enero de 1996, 10 días antes de su cumpleaños. Su vida era como cualquiera, su esposo trabajaba hasta las 10 de la noche y ella cuidaba a su pequeño hijo Abel. Somos un matrimonio normal, se decía, mi esposo me ama y tengo un hijo de 2 años que muy pronto crecerá, nosotros nos jubilaremos y nos iremos a las Bahamas.


Eran las 11 de la mañana un día como cualquier otro al norte de Guayaquil. Estaba tranquilo y despejado. Abel jugaba con las ollas de la cocina mientras ella estaba cocinando. En un impulso casi imperceptible prendió todas las hornillas, abrió la puerta del patio, salió y la cerró con llave. Con la mayor tranquilidad puso una escalera contra la pared y se sentó serena al frente de la puerta gritando sin fuerzas, ayuda, ayuda. La puerta se abrió y el niño de dos años estaba detrás con otra llave, una nueva llave. Ella entro, termino la comida, sentó a Abel frente a su sopa y fue a su cuarto. Con las corbatas de su esposo hizo una especie de soga y con la puerta entre abierta se ahorco. El niño seguía esperando afuera.


En un periódico de la ciudad se lee:


Guayaquil 21 de enero del 2000

El día de ayer un padre de familia encuentra ahorcada a su esposa y a su hijo ahogado en la sopa. Se sospecha que fue un homicidio-suicidio. Se desconoce más información. Era solo una familia.

Son cosas de todos los días, a veces es el padre quien elige la sopa y a veces es el hijo quien elige la soga.